jueves, julio 31, 2003

Veo una vida nueva
y tú no estás en ella...

Tres años, ocho meses y nueve días...de vejación, acoso, mobbing, celos, intrigas...

Te largas. Que te vaya bonito.

Sólo te llevas el desprecio de todos tus empleados.
No te dedicaré ni un minuto más...nos espera una botella de champán en el office.

¡A tu salud!...

No lo olvidaré. Si te sobrevivo, habrá una corona con mi nombre en tu funeral.

martes, julio 15, 2003

Tanta basura en casa

El pasado fin de semana nos fuimos al Sur. A Puerto Colón. Teníamos un buen recuerdo de las últimas ocasiones en las que habíamos optado por la Playa de San Eugenio: trato agradable, turismo educado, playa tranquila, buena comida...

Ya nada es igual. El ambiente infernal de las Verónicas ha llegado hasta allí. El primer palo fue en los apartamentos. El pelele de recepción ni nos miró a la cara, no nos dio la bienvenida, no nos deseó feliz estancia e insistió en que teníamos que abonar la factura antes de darnos la llave del apartamento..."¡vaya...mal empezamos!"

Llegamos a la habitación y..¡ay!...estaba en primera planta, justo encima de la puerta de entrada a los apartamentos. Primera bronca. Fuimos allí a descansar y no a pasar dos noches en vela oyendo a los británicos de turno entrar y salir hasta el culo de cerveza.

Nos cambiaron la habitación...bueno, no era una maravilla pero al menos era silenciosa.

Y, a partir de ese momento, todo fue grotesco: no entendían mi lengua en ningún restaurante, los "relaciones públicas" nos ignoraban, nos estafaron en todo aquello que pedimos y cuyo precio no estaba en la carta (una caña caliente a 2.10 Euros, por ejemplo), siete gilipollas emulando a Beckham en la playa y no dejando a la gente en paz, llamas a la policía, viene la policía, les mira y no hace nada...

Y, mientras tanto, ves como a camareros, recepcionistas y demás charanga veraniega se les hace el culo pepsi cola cuando llega un hortera de estos a preguntarles cualquier estupidez.

No volveré al Sur o, al menos, no volveré ni a los apartamentos Santa María ni a Puerto Colón. No soporto esta maldita sensación de que nos han robado un trozo de nuestra propia tierra...para llenarla de basura.