lunes, enero 20, 2003


Viviendo en mi casita de papel

Nunca imaginé que la compra de una vivienda pudiese ser tan estresante. Aunque en realidad, lo estresante no es buscar vivienda: lo que te baja las defensas hasta enfermar, te vuelve insomne, te convierte en comedora compulsiva de las uñas de los pies, te hace caer el pelo o, peor aún, convierte tu hermosa cabellera en un mar de canas en 48 horas es no tener el dinero suficiente para poder pagar lo que hay en el mercado.

Y no hablemos de los bancos...o tienes un contrato blindado por muuuchos millones (más de siete millones por familia y año) o tururú...

¡Ay Señor!

Terminaremos comprando un palomar o un corral de cabras en el barranco...y confiar en que no llueva mucho para que no se lleve el agua..snif

¿Alguien conoce una promotora que venda casitas de papel?...Pues, a este paso, no tendremos ni para el felpudo...