miércoles, agosto 13, 2003

¿Racismo? Juzguen ustedes mismos

Hace ya más de dos años que vengo sufriendo las consecuencias de la llegada de sudamericanos a mi barrio. Hasta entonces, era un barrio tranquilo, céntrico. El barrio de El Cabo siempre se caracterizó por ser una zona acogedora, de ambiente familiar...aunque desconociésemos nuestros nombres, nunca faltó un buenos días entre vecinos.

Pero desde hace más de dos años ya nada es igual.

En mi rellano, las tres últimas familias que se han mudado (dos de colombianos y la última creo que de peruanos) nos han hecho la vida imposible: música estridente a diario y hasta altas horas de la madrugada, basura en la escalera, peleas, cristales rotos, provocación y un largo etcétera de acciones y actitudes que han hecho que pierda los nervios en más de una ocasión y que se me hayan saltado las lágrimas de pura indignación, estrés y agotamiento...demasiadas veces.

Pero, claro, como Canarias se supone que es una tierra acogedora, que nuestros antepasados también fueron emigrantes y se denomina a Venezuela como "La octava isla"....pues cierto tipo de anécdotas convenía no divulgarlas mucho porque siempre había alguien que te tachaba de racista o de insolidario.

Pero hoy, leyendo la prensa, veo que al fin, la gente ya comienza a llamar a las cosas por su nombre y que la solidaridad está muy bien, pero que esta situación ya se nos está escapando de las manos y ya no es un tema de ser solidarios o no, si no, simple y trágicamante, de seguridad.

Les transcribo a continuación algunos fragmentos de este artículo de Juan Antonio Padrón Sabina titulado "Inmigración y delincuencia", que sale publicado en La Gaceta de Canarias de hoy...

(...) Esto significa que la mayor parte de la inmigración que llega procede de los estratos más conflictivos de la población de los países emisores. Con lo que se viene abajo -con datos tangibles- las teorías sobre la supuesta bondad innata de los emigrantes que -pobrecitos- se ven abocados al crimen por necesidad. No dudo que haya casos de este tipo, pero desde luego son minoría. La triste realidad es que eran ladrones y criminales en su país y han venido aquí a mejorar su profesión.

Vivo en la zona del Mercado de Santa Cruz y la situación de miedo, inseguridad e indefensión ante el comportamiento de los inmigrantes es más que preocupante (...) Me limitaré a relatarles algunos hechos vividos recientemente.

Mercado de Santa Cruz. Llega un grupo de mujeres y hombres venezolanos a un puesto de carne (...) Al empleado lo insultan cariñosamente nada más llegar y saltarse la cola, claro está. Para no cansarles, les diré que estos indeseables convirtieron en trifulca barriobajera lo que hasta el momento había sido una tranquila mañana de compras (...) Calle Fernández Navarro. Tres colombianos a la puerta de un bar. En segundos, sin discusión previa, comienzan a darse trompadas y patadas. La gente huye y alguien llama a la policía. Llegan compatriotas que los intentan separar extendiendo la brutal pelea a la plaza próxima. La calle queda salpicada de charcos de sangre cuyo olor lo impregna todo. La policía no acudió.

Mañana del sábado en los alrededores del Mercado de Santa Cruz. Llegan, todavía borrachos, un grupo de sudamericanos. Exigen que les sirvan más alcohol en un bar que aún no ha abierto, pues el empleado está poniendo la mercancía. Ante la negativa a servirles rompen el mostrador de las comidas e intentan agredir al dependiente, que se libra por la afortunada intervención de unos vecinos. Salen huyendo en coche...


Y, mientras tanto, sigo viendo como nuestros políticos siguen llamando a la solidaridad, como se siguen organizando cursos gratuitos para emigrantes (algunos de estos cursos nos costaría a nosotros más de 3.000 euros), como les siguen dando ayudas para alquilar pisos (¿y a mí quien me ayuda a pagar el mío?), como muchos de estos sudamericanos, nada más llegar, comienzan a cobrar el "paro de retornados": un año a una media de 800 euros al mes...(yo, para cobrar un año de paro tengo que trabajar cuatro), etc...etc...

Y, paralelamente, sigo viendo las calles llenas de carteles ¡¡GODOS NO!! o pintadas de ¡¡GODOS AQUÍ!! en los contenedores de basura...gallegos y andaluces, sobre todo, que han llegado a Canarias a trabajar como cabrones y los tratamos como a basura.

¡¡Qué vergüenza!!