lunes, febrero 24, 2003



Días en otro lugar

Este fin de semana ha sido, sin lugar a dudas, de los mejores de los últimos meses, pues imagino que decir que ha sido de los mejores de mi vida daría lugar a gracejos e incredulidades ante la sospecha de una inocente exageración por mi parte. Arrancó con el triunfo de Los Bambones en la final de murgas del viernes (¡¡enhorabuena campeones!!), comidita casera, mega-siestas de horas…hasta el dolor de cabeza de ayer tenía un nosequé de resaca, de cama, de modorra…que lo tornó en una molestia ya no sólo llevadera…sino, incluso, agradable. Las horas entre sábanas, el olor a pan recién hecho de mi pequeñaho, la lectura tonta, el bocata de jabugo, el chupito de Jaiger Maister, la tableta de chocolate que desapareció en (pocas) horas, la paella de marisco…la cuarta victoria consecutiva del Tete que nos hace soñar con la Primera División, la lluvia mansa de la madrugada… Pero lo mejor fue el concierto, la noche del sábado, en el Teatro Guimerá. Luis Morera presentó su primer trabajo en solitario: varias canciones propias y otras tantas versiones de piezas que, tal y como explicó, marcaron su vida. Jorge Cafrune, Aute, Chavela Vargas, Leonard Cohen…fue una noche mágica y la ovación del final nos puso a todos la piel de gallina y el alma de pucheros. Fue un momento mágico, un regalo a todos los sentidos… No soy nacionalista, pero aquella noche me sentí orgullosa de compartir patria con este personaje, incluso retazos de una historia común y paisajes de una isla, La Palma, que aquella noche fue más bruja que nunca…