Cosas mías...
La primavera siempre trae consigo, en su gran equipaje de flores, alergias, astenia, alteraciones hormonales, amor (o desamor), la colección de Zara, las crías de mirlos...a otro elemento altamente mosqueante: la prueba del bikini del año anterior.
¡Socorroooo!, es un momento terrible: ¿cabré? ¿no cabré? ¿ha evolucionado la celulitis?...
Ya no tenemos los grandes abrigos, pashminas, botas...esos grandes amigos que camuflan lo que ahora ya quedará tan "a la vista".
Con el calorcillo, el 80% de nuestra superficie cutánea sale de paseo por la calle, se asoma en el trabajo, queda a la vista de miles de ojos sin piedad en la playa, son comidilla de cursis con las que coincides en las noches de copas... y no tenemos ningún aliado que camufle ese michelín que se quedó a vivir en Nochebuena y que, ¡maldito okupa!, aún no se larga..
Sin caer ni en la anorexia, bulimia, ortorexia, vigorexia y demás problemas (problema o estupidez, que ya el psicólogo o el psiquiatra tendrá que descubrir qué porcentaje hay de cada cosa) más frecuente entre adolescentes que no encuentran su contenido ni su continente...sí que he comenzado ya la batalla.
Este año con especial ahínco, lo reconozco: crema antigravedad, crema antiacumulacionespersistentesdelíquidoylipocitos, crema stop age signs advanced, té verde, té rojo, té incoloro (¡ah no, me confundí!, no hay té sin color), ruscus, agua de barbas de millo, agua de cola de caballo...todo bien mezcladito con una pizca de desesperación por no poder bajar una tallita de ná.
Menos mal que he topado con varias páginas en internet que aseguran que no sólo NO ESTOY GORDA sino, que además, me falta un kilo y pico para estar en mi peso ideal, esto después de introducir el sexo, la edad, la altura, el peso, el diámetro de la muñeca derecha, el tipo de trabajo que realizas, el tipo de mascota que tienes, el signo zodiacal, si lees o no, el tipo de lectura: premios nobel, best seller, realismo mágico, ciencia ficción, poesía, novela negra, rosa o amarilla, posición en la que duermes, si duermes sola o acompañada (ejem) y un largo etcétera.
Y yo tan preocupada por eliminar el Nesquick de la cena y ahora resulta que mi peso es responsabilidad de García Márquez y de mi periquito...